James oyó a Liam, su hijo, gritar desde el ático. Sin dudarlo, se apresuró a subir las escaleras, con el corazón palpitándole de preocupación. Hacía siglos que nadie se aventuraba en las profundidades del desván. Al llegar arriba, James encontró a Liam temblando, con los ojos muy abiertos por el miedo. Después de calmar los nervios del chico, a James le picó la curiosidad. ¿Qué podía ocultarse en el armario del desván que causaba tanta angustia? Con pasos cautelosos, James se acercó al armario, con la mano temblorosa al girar el pomo de la puerta.
El desván de los secretos
Cuando la puerta se abrió con un chirrido, le invadió una oleada de temor. La visión que le recibió distaba mucho de ser ordinaria; le produjo un escalofrío. No se trataba de un descubrimiento ordinario; era algo mucho más ominoso e inquietante de lo que jamás hubiera imaginado. Mientras permanecía paralizado por la incredulidad, se dio cuenta de que sus vidas nunca volverían a ser las mismas. El misterio del desván había desvelado un siniestro secreto que lo cambiaría todo…