Corriendo al hospital
Lily y su marido fueron al hospital en cuanto llegaron los padres de él, porque Lily empeoraba por momentos. El sudor le corría por la frente mientras se sujetaba dolorosamente el estómago. Cada bache en el camino la hacía gritar de dolor, lo que era casi insoportable para ella.
Caos en la sala de espera
Cuando llegaron al hospital, corrieron inmediatamente a la sala de urgencias. Pero, para su sorpresa, estaba muy concurrida. La sala estaba llena de gente, desde niños a ancianos, todos con heridas diferentes, así que, a pesar de la gravedad del dolor de Lily, tuvieron que esperar…