Enfermedad mortal y dejará cicatrices de por vida
Aquellos que sobrevivieron a la viruela quedarían marcados por el resto de sus vidas por las llagas. En la época isabelina, tampoco existía un tratamiento o cura reconocidos. La viruela siguió siendo una enfermedad mortal hasta la década de 1960, cuando se estimó que 12 millones de personas contraían la enfermedad cada año.
Aceptando la verdad
A pesar de que su estado se estaba deteriorando, Elizabeth siguió insistiendo en que no era viruela. Finalmente, Burcot fue convocada junto a su cama para un segundo viaje. Y parece que la reina aceptó a regañadientes el diagnóstico esta vez. Ella también parecía haber actuado de manera dramática.