Presiona reproducir
La chica se dio la vuelta y miró fijamente a María, sus ojos llenándose de lágrimas. “¡No lo hiciste!” exclamó ella. “¿Por qué rasuraste un mechón de mi cabello?” Pero María sabía que eso no era cierto. Luego levantó su teléfono sobre su cabeza y presionó el botón de reproducción.
La afeitadora eléctrica irreal
Cuando el sonido de una afeitadora eléctrica llenó la cabina, todos se dieron cuenta de lo que estaba pasando. Las expresiones atónitas de los que los rodeaban se suavizaron en sonrisas, y el rostro de la azafata reveló alivio. Pero no había terminado del todo. La chica frente a María no estaba contenta.