Terco como un buey
Malcolm tuvo un destello de inspiración. En lugar de persuadir directamente a Laura, decidió apelar a su empatía. Se arrodilló a su lado y comenzó a describir su emoción por el viaje, enfatizando lo importante que era para él tener un viaje relajante. Compartió historias personales con la esperanza de tocar su corazón al abrirse.
Hola
Laura estaba perpleja cuando lo miró. “¿Qué estás tratando de lograr?”, preguntó. Malcolm la miró con seriedad y dijo secamente: “Mis piernas están cansadas de estar en la misma posición por tanto tiempo”. Laura se dio la vuelta y se burló de él. Ella no se movería. ¿Qué podía hacer Malcolm para que este obstinado pasajero lo reconociera?