Los problemas
A medida que el vuelo continuaba, Malcolm mantenía un ojo en Laura. Seguía volteándose para ver qué hacía. Constantemente murmuraba para sí misma y parecía estar a mil millas de distancia. Malcolm decidió abordar sus preocupaciones con la aerolínea cuando el avión aterrizó en Fort Lauderdale. Se acercó a un representante y expresó su preocupación acerca de permitir que personas mentalmente enfermas viajen sin la debida supervisión.
Nada que hacer
La representante escuchó atentamente y expresó simpatía por las preocupaciones de Malcolm. Explicó que la aerolínea tenía protocolos establecidos para atender a los pasajeros que tenían problemas de salud mental. Ofrecían asistencia y apoyo siempre que fuera posible, pero debido a las leyes de privacidad, no podían revelar información personal ni requerir supervisión constante a menos que el pasajero o un tutor legal específicamente lo solicitaran.